A pesar de que la escolarización
supone una influencia considerable en el niño, la familia continúa ejerciendo
un poder todavía mayor. Según expertos son los estilos educativos democráticos,
por su combinación de control, afecto, comunicación y exigencias de madurez,
los que propician un mejor desarrollo en el niño. Si los niños han sido
educados en ambientes democráticos y además los padres han mantenido exigencias
de conducta madura y un cumplimiento de las reglas, la capacidad de los niños
para tomar iniciativas y esforzarse en las tareas cotidianas será mayor.
Vemos la importancia del binomio
escuela-familia, cómo la una necesita de la otra.
Es en la infancia donde se aprende
más que en cualquier otra etapa de la vida, entonces los niños son vulnerables
a repetir las acciones que observan, al crecer pondrán en práctica todo aquello
que observaron y experimentaron en su entorno familiar, especialmente de sus
padres. Por ello la calidad del ambiente familiar y las experiencias que viven
en él son fundamentales para su desarrollo social y emocional.
Si no recuerdo mal hay tres ambientes
que se pueden dar en la familia, pero creo que ninguno es bueno que se dé
exclusivamente.
A.
Autoritario

No se puede vivir sin normas, estas
son necesarias para darles seguridad sobre lo que es correcto y lo que no y así
ellos poder tomar decisiones y actuar. El hecho de que existan unas normas nos
conducen a que también tengamos un castigo o un premio debido a la obediencia.
Si los adultos hacemos esto correctamente el niño aprenderá a juzgar los actos
como buenos o malos, pero si abusamos y la represión es severa el niño también
cumplirá las normas pero por miedo al castigo y no llegará a desarrollar
autonomía para apropiarse de ellas.
A.Permisivo

NO hay normas, ni límites; esto hace
que el niño se confunda y no diferencie entre lo que está bien o mal. No
reciben castigos de sus padres cuando cometen errores. Al no tener una figura
que los oriente se les genera incertidumbre en cuanto a las normas y crece
inseguro. Al no tener límites no sabe resolver conflictos, porque no tiene las
herramientas para ello. Aquí existe la figura del padre o madre que como pasa poquito tiempo con el niño o niña le permite y deja pasar más de un capricho. "Para unas horitas que estoy con mi hijo no le voy a regañar".
A.
Agresivo

En este ambiente se presentan actos de agresión entre padres, padres e
hijos o con terceros. El niño imita y aprende estas conductas y además
construyen razonamientos que las justifican. Es muy probable que el niño sea
maltratado y con ello desarrolle modelos agresivos que aplicará en un futuro.
Visto esto ¿cuál sería el ambiente
correcto?:
Pues yo diría que aquel que esté
libre de tensiones y violencia, donde exista un equilibrio y se den las pautas
que les permitan actuar correctamente, que esté siempre presente la educación y
haya unas normas que les permitan desarrollar su inteligencia, autoestima y
valores haciéndoles seres competitivos, libres y capaces de desenvolverse
correctamente en esta sociedad. Debemos de acostumbrarles desde pequeños a que nos cuenten sus cosas, sin presiones y con respeto.
Ahora mismo estoy pensando en qué ambiente
crecí junto a mis hermanos. Agresiones no hubo ni una, permisión y autoridad
según la situación. Mis padres han confiado mucho en nosotros. No le puedo poner título, pero sí decir que crecimos en un
ambiente muy bueno y sano, que nos educaron bastante bien y nos enseñaron algo
importantísimo, el respeto. A día de hoy jamás les hemos faltado el respeto a mis padres y lo que aprendes en el seno familiar es lo que aplicas en los diferentes ámbitos de la vida.
Mi padre era más autoritario que mi
madre en cuanto a disciplina y educación, una simple mirada suya nos decía qué
debíamos o no hacer. Jamás nos dio un cachete, mi madre cuenta que un día me
dio un azote en el culo y estuvo malo el día entero, ¡pobrecico, qué exagerao!
En cambio, mi madre que era y sigue
siendo “la cachonda” era la que “llevaba la vara”, de vez en cuando sí que nos
dio algún azote en el culo. No era la típica madre que decía “cuando le diga a
tu padre… “ ella resolvía solita el conflicto, si es que le pillaba a ella; y
es como debe ser.
Nos enseñaron algo importantísimo:
por nosotros mismos valorar y elegir nuestro futuro a base de comprobar qué
era el trabajo “duro”. Ayudábamos en el
negocio familiar, cuando más trabajo había. Mi padre nos llevaba a la huerta a
realizar de las más variadas tareas agrícolas, coger naranjas, plantar patatas,
sacar leña, … Confesaré que no nos gustaba a ninguno de los tres e íbamos siempre
regañando bajo manga. Esto fue una de las cosas, entre otras tantas, nos
hizo ver que los estudios nos harían alcanzar el futuro que cada uno deseaba. También es verdad que siempre nos respetaron los estudios, pues si teníamos
exámenes o demás eran lo primero. Además los tres éramos buenos estudiantes.
Recuerdo más de un sábado llegar a
altas horas de la madrugada de fiesta, cambiarnos de ropa y colocarnos el delantal
sin haber dormido y sin rechistar, pues el día anterior ya nos habían advertido
de que habría trabajo y por ello veníamos concienciados. "El que está bueno para trasnochar está bueno para madrugar". Era algo duro esto, pero a la vez una lección.
Si volviera atrás lo volvería a
repetir, porque ellos se merecen eso y más y todo lo que somos o tenemos se lo
debemos a ellos y a su esfuerzo diario por darnos lo mejor. Y a pesar de la que está
cayendo la situación de los tres es buena gracias a ellos.
En estas edades es cuando te das
cuenta de la labor que tus padres realizaron sobre ti.
Y según compañeras que tienen hijos que ya han pasado la adolescencia, dicen que ahí es cuando los padres ven el resultado o fruto de ese trabajo que realizaron sobre ellos.
!Qué importante es el ejemplo! Ya les podemos decir "no hagas esto o lo otro" que como nosotros hagamos lo contrario estarán perdidos, pues les confundiremos. ¿Cómo le explicas a tu hijo que fumar es malo o mata si tú lo haces delante de él?, por ejemplo. Mis hijos cuando ven a alguien fumando me dicen al oído: "mamá se está matando", nosotros les inculcamos que es malo y los medios se ocupan del resto. Yo si me he fumado algún cigarrillo nunca lo he hecho delante de ellos. Esto no quiere decir que en un futuro no se fumen los dedos, pero de momento están concienciados de que es malo y eso ya es un gran paso.
Los niños imitan la conducta de sus progenitores, somos su modelo a seguir y ,para ellos, el correcto. Una prueba de ello son las aficiones del papá o mamá, acaban gustando o incluso llegando a practicar. Directa o indirectamente se las inculcamos. Mi hijo mayor disfruta con la lectura una barbaridad, me pide más libros que juguetes, incluso ya tiene sus autores o colecciones favoritas. Desde pequeñín lo ha visto en mí, también me apasiona y siempre tengo un libro entre manos. Los dos nos volvemos locos en las secciones de libros de los comercios. Mi hijo pequeño ha heredado la pasión por las motos de su papi, cada vez que trae una moto a casa para reparar se baja a la cochera como un loco y dice su frase típica "para Navidad me la pido". Son sólo dos ejemplo, pero podría nombrar más, con esto quiero decir que "lo malo" también lo imitan. !Qué cuidado hay que llevar!
Pensad por un momento en familias que conozcáis, ¿a que en la mayoría los hijos han seguido los pasos o aficiones de lo padres? Mi abuelo amante de la música, mi padre músico y mis hermanos y yo también.
Yo pienso que si queremos que tengan una buena conducta y que sean buenas personas debemos de comenzar por hacer una autoevaluación de nuestras conductas,.. y tener siempre en cuenta que lo captan todo.
Otro asunto es cómo influye este ambiente familiar en el cole. Esto lo veo todos los días, los niños con un ambiente familiar normal y adecuado no suelen tener ningún problema en sus estudios, hablo de la Primaria. Pero, por el contrario, los niños que no pueden gozar de esto en clase lo plasman, bien en comportamientos negativos o en resultados académicos.
Muchas veces, comentamos entre compañeros los casos de estos niños que tenemos en clase sin ningún apoyo ni colaboración familiar, pero que de un modo u otro hemos conseguido que aprendan lo básico: leer, escribir, sumar, restar,...sólo y únicamente con el esfuerzo del pequeño y del maestro. Es algo costoso y a largo plazo, ya que con nosotros sólo están unas horas y sabemos que cuando llegan a casa no van a tener ningún refuerzo a ello.
Por suerte son los menos y la mayoría tiene la ayuda de sus padres en casa y estos colaboran siempre con el maestro.
Nunca olvidemos que los niños criados con amor serán adultos responsables.