Sobre este tema ya he escrito alguna que otra vez y ahora que se acerca el día de la madre volveré a hacerlo. Estos temas , como madre y mujer que soy me chiflan y estaría horas
hablando. Pero iré al grano y sin rollos.
El Día de la Madre en
España se celebra todos los años el primer Domingo de Mayo. Fuera consumismo!!, Día del padre , Día de los Enamorados,...eso de regalar en estos días no me va, son días inventados por los comercios para que gastemos; pues el día de la madre, del padre o de los enamorados, para mí, son los 365 o 366
días del año.
Como madre y como hija pienso que no hay nada más bonito que el repetir lo mucho que se quiere a una madre, con palabras o con hechos
diarios y si hoy voy de compras y veo algo que a mi madre le pueda gustar se lo
compro sin ser el Día de la Madre. Esta tarde estábamos hablando mi madre y yo en su casa y llegó mi hermano, le da un beso y un arrumaco él a ella y acto seguido le dice mi madre:- ¿qué quieres cenar?" a lo que él responde: -" mamá yo sólo te quiero a ti". A ella se le reían los huesos. Mi hermano es algo cachondo, pero suele decirle muchos piropos a mi madre y día sí día también le demuestra su cariño con besos y demás. Es el más cariñoso de los tres que somos. Mis hijos estaban delante y les dio risa, entonces yo les dije: "¿habéis oído al tío? cuando seáis mayores como él debéis de hacer lo mismo conmigo", espero que así sea.

La madre es donde
primero acudimos los hijos cuando tenemos problemas, quien sin preguntarnos
sabe lo que nos pasa, es una adivina nata, y, siempre podemos contar con ella. Quien se entera de casi todos nuestros asuntos pero se hace la "longui" para no entrometerse. Y por más errores que
cometamos en nuestras vidas, siempre estará ahí para recibirnos de nuevo. No concibo ni el pelear con una madre ni el no hablarse con una madre, yo no podría, jamás me ha ocurrido ni me ocurrirá con ella. Es quien resta importancia a determinados asuntos para hacernos ver que son tonterías y hacernos más felices. Porque como se suele decir “madre no hay más que una”.
Por eso, se merecen
más que una flor, un perfume o un regalo en ese día. Se merecen que cada día les
demostremos cuánto las queremos y que les digamos lo importantes que son para
nosotros. Todos los días son el Día de la Madre. Da gusto que nos regalen, !claro que sí!, pero me hace más ilusión un dibujo de mis hijos con un TE QUIERO en un día cualquiera o que me den una flor que arrancaron de la calle cuando íbamos paseando, que un perfume porque es el día de la madre y hay que cumplir. Fomentamos el consumismo continuamente.
Cuando te haces mayor
es cuando realmente valoras muchos aspectos de la vida que antes veías como
normales o no apreciabas.
Los hijos sacan lo
mejor de las madres y las llenan de amor: las hacen más sensibles, pacientes,
generosas y tiernas. Todas somos mamás estupenda y cuando no nos sintamos así debemos potenciar el pensamiento positivo.
Haya o no haya
dormido bien la noche anterior, me esfuerzo cada día por ser una buena madre y una
buena hija, sin descuidar mi trabajo fuera y dentro de casa . Lo mismo repaso
tareas del cole, emparejo calzoncillos (en mi caso son muchos, jeje) o preparo
meriendas saludables. Sé si quedan yogures, galletas, leche, toallitas y para
cuántos días hay provisiones. Llevo a mis hijos al
cole, a extraescolares, al pediatra, a cumpleaños, al parque... Llevo en mi mente los calendarios vacunales , revisiones pediátricas, odontológicas...sin que se me pase ni una. Y como sé que
hay que dar ejemplo, siempre trato de hacer las cosas con buena cara y buenas
palabras.

No sólo puedo hacer
dos cosas al mismo tiempo, sino tres, incluso cuatro!! A veces esto no sale bien, pues hace unos días puse huevos a hervir sin agua, !imaginaos el resultado! No soy ni seré una mamá
perfecta, sino una mamá real. Siento, padezco, me canso; pero no importa, porque
lo hago con mucha ilusión y adquiero una gran recompensa por todo ello.
Mientras desayuno
estoy preparando los almuerzos del cole , preparando mochilas y acabando la comida, que dejé a medias la noche anterior, para cuando lleguemos a casa del trabajo sólo tener que calentarla. Mi madre me repite una y otra vez que comamos todos los días en su casa, pero sólo lo hago algún día, pues ya somos casi 5 y el conocimiento está para algo. Mientras me
arreglo estoy controlando la situación con frases como: “ ¿os habéis vestido
ya?”, “No olvidéis guardar el pijama en su sitio”, ¿está todo recogido?”… Después de comer intento que todos colaboren en las tareas de quitar la mesa, barrer y ordenar cocina. Antes de volvernos al cole el lavado de dientes, manos, peinarse,...hábitos sencillos que deben de adquirir desde pequeños para hacer todo más fácil y llevadero. O cuando estamos en el parque, no me digáis que no lo hacemos todas, el estar
conversando sin parar con las otras mamis ¡sin mirarlas a la cara!, porque
estamos controlando que las fierecillas no se nos estravíen o no salgan volando
del tobogán.
Después de haber
estado embarazada varias veces, haber visto mi cuerpo cambiar hasta límites
increíbles, saber lo que es estar con las hormonas revolucionadas, padecer esos
dolores de espalda y piernas hinchadas en la recta final, pasar noches en vela, sufrir el inicio de la lactancia materna como las primeras subidas de leche (!!qué dolor!!) o despertarte cada 2 horas a dar el pecho durante meses, aún repetimos. ¿Somos masocas? NO, SOMOS
MADRES. Y todo esto sólo lo puede entender una madre. Es algo único y
maravilloso, !no me digáis que no!
Os recomiendo , para esos días que os sintáis
bajas de ánimo o no os veáis muy esplendorosas, preguntad a vuestros hijos
¿cómo véis hoy a la mami? , seguro que lo habéis hecho en alguna ocasión y las
respuestas no las voy a decir yo , porque ya las sabréis; son fabulosas y únicas, pues los niños
siempre dicen la verdad y para ellos somos la mamá más guapa del mundo. También
podemos preguntar a la pareja, pero ellos siempre nos van a decir que bien y
aún así se la podemos montar, ¿o no? Porque, es verdad, que los ponemos entre
la espada y la pared, pues si nos dicen “bien” les repondemos : “claro, qué me
vas a decir” y si nos dicen “mal” , que nunca lo harán por su salud, les montaríamos la marimorena. En esto creo
que todas coincidimos, yo lo he hablado en varias ocasiones con mis amigas y
les ocurre lo mismo.
Y esa bendita paciencia
que nos caracteriza..., cuando no podáis más debéis pensar en algo positivo, que
seguro que lo encontraréis, el pensamiento positivo es una actitud, como dije antes, y debemos de
entrenarla. Tenemos que buscar la felicidad en las cosas más insignificantes,
podría hacer una lista de cosas diarias que me provocan gran felicidad y son
“tonterías”.

Sé que cuesta
mantener la paciencia en determinados momentos, como cuando se resisten a meterse en el baño,
o en la cama, o cuando no quieren comer porque no, o no quieren tomar la medicina, o no les apetece recoger
porque ninguno de los dos sacó los juguetes, o cuando no acuden a la primera llamada, o cuando después de repetirles varias veces que se calcen los zapatos todavía siguen viendo la tele… en situaciones así sólo nos
debemos de repetir una frase: “es normal, son niños” e intentar con mucha
paciencia hacerles entender y ver la situación. Siendo realista esto es difícil
de hacer siempre, pues todos los días no estamos igual para hacer uso de la
paciencia y se nos puede ir “el traque” y pegar algún chillido que otro, NO
PASA NADA, yo lo que hago minutos después es hablar con mis hijos y pedirles
perdón si es necesario, soy una persona que no le cuesta nada el pedir perdón,
no me gustan los conflictos y me encanta zanjar el tema con besos y abrazos. Pienso que siempre debe de haber un final feliz.
La maternidad nos
otorga no sólo un sexto, sino también un séptimo sentido para que a nuestros niños no les falte de nada. Ser madre te
hace sabia, pensad por un momento cuántos títulos tenemos sin haberlos
estudiado: cuidadora, maestra, cocinera, psicóloga, pediatra, enfermera, policía,
detective, lavandera, chófer…con sólo mirarles sus caritas sabemos qué les ocurre, si tienen sueño, fiebre, si están tramando algo, o si simplemente necesitan
un arrumaco.
Cada día que me
acuesto sin quererlo ni planteármelo mi mente hace un recorrido de todas las
vivencias del día que está apunto de acabar con la intención de ver en qué debo
mejorar y planifico ya el día siguiente.

Acabaré con una
reflexión, que me encantó de Isabel Allende, sobre ser madre:
“Por culpa del azar o de
un desliz, cualquier mujer puede convertirse en madre.
Dios la ha dotado a mansalva del “instinto maternal” con la
finalidad de preservar la especie.
Si no fuera por eso, lo que ella haría al ver a esa criatura minúscula,
arrugada y chillona, sería arrojarla a la basura.
Pero gracias al “instinto maternal” la mira embobada, la
encuentra preciosa y se dispone a cuidarla gratis hasta que cumpla por lo menos
21 años.
Ser madre es considerar que es mucho más noble sonar narices y
lavar pañales,que terminar los estudios, triunfar en una carrera o mantenerse
delgada.
Es ejercer la vocación sin descanso, siempre con la cantaleta de
que se laven los dientes, se acuesten temprano, saquen buenas notas, no fumen,
tomen leche…
Es preocuparse de las
vacunas, la limpieza de las orejas, los estudios, las palabrotas, los novios y
las novias; sin ofenderse cuando la mandan a callar o le tiran la puerta en las
narices, porque no están en nada..
Es quedarse desvelada esperando que vuelva la hija de la fiesta
y, cuando llega hacerse la dormida para no fastidiar.
Es temblar cuando el hijo aprende a manejar, anda en moto, se
afeita, se enamora, presenta exámenes o le sacan las amígdalas.
Es llorar cuando ve a los niños contentos y apretar los dientes
y sonreír cuando los ve sufriendo.
Es entregar su amor y su tiempo sin esperar que se lo
agradezcan. Es decir que “son cosas de la edad” cuando la mandan al carrizo.
Madre es alguien que nos quiere y nos cuida todos los días de su
vida y que llora de emoción porque uno se acuerda de ella una vez al año : el
Día de la Madre.
El peor defecto que tienen las madres es que se mueren antes de
que uno alcance a retribuirles parte de lo que han hecho.
Lo dejan a uno desvalido, culpable e irremisiblemente huérfano.
Por suerte hay una sola. Porque nadie aguantaría el dolor de
perderla dos veces.”
Espero que os haya gustado y entretenido un ratito. Al final me enrollé un poco, no puedo evitarlo con estos temas. Y nunca olvidéis que somos y seremos madres maravillosas.