MI ABUELA

 Mis padres trabajaban en su negocio familiar mañana y tarde y de lunes a sábado, nosotros éramos tres hermanos que nos llevábamos poca edad.  Mi abuela vivía  con mi bisabuela en la que hoy es mi casa y cuando ésta falleció pasó a vivir con nosotros.  Desde que tengo uso de razón la recuerdo ayudando a mis padres en el trabajo, en las tareas del hogar y cómo no cuidándonos.  Recuerdo con gran afecto los viernes cuando salíamos del cole e íbamos a la carrera hacia su casa a comer,  a veces junto a mis tres primos también nietos de ella; nos daba a los 6 de comer, nos aseaba y al cole de nuevo.

Si  no,  los veranos que pasábamos con ella en La Mata, mis padres iban los fines de semana.  Toda una aventura,  los churricos recién hechos que nos subía todas las mañanas,  esas comidas tan especiales que nos preparaba...

Todas las mañanas nos bajaba a la playa, allí tenía su grupico de amigas , pues era una mujer muy sociable y alegre, el primer verano ya conocía a medio pueblo. También veraneaban allí mis primos, tíos...en fin que nos juntabamos media familia.

Ahora que soy madre pienso que mi abuela acabaría reventaíca por las noches, pues  tengo que decir que el primer verano nuestras edades eran de, 1, 2 y 5 años,  !vaya tela!  Sí que éramos niños tranquilos y buenos,  pero aún así todos los días era playa,  duchas,  comidas,  meriendas,...Fueron 16 veranos así y lo mejor es que ella lo hacía con tanto gusto… y adoraba estar allí con nosotros. Cuando llegaba Mayo ya estaba diciendo "¿nena cuándo vamos a limpiar?".

 A los 16 años conocí al que hoy es mi marido y para vernos quedábamos lejos de mi casa, hasta que un día mi abuela dijo que eso se tenía que acabar y que viniera a casa a recogerme; pues así fue.  Ella fue la que hizo que entrara a mi casa. Se llevaban los dos genial,  les encantaba platicar.  Una anécdota que nunca olvidaré fue el día que Fran me regaló un colgantito,  que aún conservo,  pues se lo enseñé a mi madre y no le hizo nada de gracia porque veía que la cosa iba en serio y yo estaba estudiando Bachiller y no quería que por el amor estudiara menos…Pues al ver la reacción de mi madre me fui hacia mi habitación y me encerré,  al minuto llegó mi abuela a consolarme y a ver bien ese regalo que tanto significaba para mí,  hasta le riñó a mi madre. Tengo que decir que seguidamente vino mi madre arrepentida y que los estudios jamás me fueron mal.

También recuerdo sus palabras “Nena , hija,  descansa ya”, cuando me pasaba horas estudiando en mi habitación o mi comida recién hecha cuando llegaba a las cuatro de la tarde de la Universidad y sentada a mi lado hablábamos de cómo me había ido el día.

 Podría contar mil cosas más porque me encanta recordarlas. Cuántas veces mis hermanos y yo hablamos de ella, nos encanta recordar cosas y a veces todavía se nos escapa alguna lagrimilla. Hace ya 16 años que nos dejó y no pasa un solo día sin que me acuerde de ella.

 Hay veces que hago cosas que me recuerdan a ella, soy como mi abuela en muchos aspectos y estoy muy orgullosa de ello porque la admiraba.  Aprendí mucho de ella, sobretodo que con educación y buenas palabras se pueden decir muchas cosas cuando vemos alguna injusticia, pues ella no se callaba una; eso sí educadamente. Nos defendía por encima de todo.

 A veces, casi a diario, pienso que qué lástima no haber podido conocer y disfrutar a sus 6 bisnietos, pues conociéndola hubiera dado gritos de alegría. Aunque desde donde esté sé que los ve y los protege.

 Por suerte la historia se vuelve a repetir pero con personajes diferentes que son mis hijos ,a los cuales les intento inculcar que a las dos abuelas hay que quererlas muuuucho, respetarlas y disfrutarlas. Ya que las dos se desviven por ellos desde el primer día y siempre están ahí, no hace falta buscarlas.

 Mi abuelita, abuela paterna, también la recuerdo con mucho afecto, pero debido a su enfermedad y a que falleció antes no la pudimos disfrutar igual que a mi abuela.

Un beso muy fuerte desde aquí a las dos.