A muchos les viene muy cuesta arriba el viajar con varios niños pequeños, yo recomiendo no pensarlo porque si lo piensas mucho te quedas en casa ; es la elección más fácil y cómoda. Pero merece la pena ese pequeño y a veces loco esfuerzo de preparar maletas y demás enredos. Yo recuerdo ya muy lejanamente cuando éramos novios o recién casados y planeábamos algún viaje, una semana antes ya empezaba con los preparativos, me hacía mi lista de ropa y cosas que me tenía que llevar y ahora...el día antes preparo tooooodo y en un plis-plas, sin listas ni nada. Es lo que tiene ser madre, nos volvemos súper en todos los aspectos más diversos; súper rápidas, súper organizadas, súper...
Yo suelo visitar páginas en internet en las cuales aparecen destinos recomendados para ir con los peques y mi agencia en la que Nathalie me sugiere. Aunque está claro que con ellos no debemos elegir un destino ni muy lejano ni muy aburrido.
Siempre que viajamos lleno mi despensa móvil, no me faltan los zumos, yogures, galletas, batidos y todo tipo de tentempiés que sé que les gusta a los míos; porque nunca se sabe dónde podemos aparecer y cuanto podemos estar. Además nos ahorramos bastante.
Y la frasecita de " ¿cuánto queda?", deseosos por llegar. Lo mejor es salir tempranito, incluso de madrugada mientras duermen. También está la opción de las tablets, DVDs... no me gusta, prefiero que disfruten del paisaje mientras les contamos algo sobre ello o nos inventamos alguna historieta.
Por todo ello os voy a mostrar brevemente nuestro último viajecillo familiar, por si sois de los que les cuesta arrancar o queréis ir a algún lugar con la familia pero no lo tenéis muy claro.
Teníamos claro que nada de costa ni calor, todo esto ya lo tenemos aquí. Somos muy aventureros y nos encanta la naturaleza, lo verde, la montaña, los ríos, los pueblecitos pequeños y tranquilos...nos decidimos por Teruel, ya que queríamos visitar también Dinópolis, les encanta el tema de los fósiles y paleontología. Hicimos una ruta paleontológica, tipo Tadeo Jones, mezclando visita de pueblecitos medievales y naturaleza.
Exactamente estuvimos en la comarca del Matarraña, se llama así por su río y limita con Tarragona, nos encontrábamos en plena naturaleza.
En estos lugares se come bastante bien y nada caro, os aconsejo los platos caseros y típicos de la zona, y los chuletones.
Estuvimos instalados en Valjunquera, en un hotelito rural donde el propietario nos aconsejaba cada día rutas y excursiones, esta población tenía 400 habitantes y una panadería y tiendecita donde cada día comprábamos para preparar nuestros bocatas y aperitivos.
Antes de llegar a este destino paramos en Morella(Castellón) nos pillaba de paso e hicimos la primera y única parada para comer y estirar las piernas. Precioso este pueblo, mis hijos decían que era como donde vivía Águila Roja. También visitamos
su castillo, ¿a qué niño no le gustan los castillos? Con todas sus leyendas e historietas.
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En lo alto del castillo nos volábamos
El segundo día lo dedicamos al río, estuvimos bañandonos en las pozas de la Pesquera y por la tarde en la piscina natural del Parrizal. Visitando Belceite, localidad donde se situaban ambos parajes.
El tercer día visitamos dos sedes de Dinópolis, Inhóspitak en Peñarroya y Bosque pétreo por la tarde en Castellote y cómo no estas dos localidades de punta a punta. Este mismo día también visitamos las grutas de cristal, unas cuevas subterráneas espectaculares en Molinos.
El cuarto día visitamos Valderobres y su castillo y por la tarde nos bañamos en El salt, un paraje de este pueblo en el cual hay una catarata preciosa, este paraje estaba deshabitado debido a su acceso. Era todo para nosotros y dos inglesitos que había por allí. Todo un lujo.
El quinto día volvimos a preparar bocatas y pasamos toda la mañana en el Toll del vidre (Tarragona) otra zona de río adentrada en plena naturaleza, por la tarde visitamos La Fresneda y Calceite, dos pueblecitos muy bonitos
El último día lo dedicamos a Dinópolis, nos pillaba de camino. Pasamos todo el día allí con la idea también de que se cansaran para el viaje de vuelta. Nos montamos al coche, sólo nos quedaba la mitad de camino y vinieron los tres dormidos hasta casa.
El día lo aprovechábamos al máximo, salíamos del hotel después del desayuno y volvíamos por la noche, de esta manera vimos todo lo que teníamos propuesto y más.
Ahhh e hicimos unos gemelos... Todos estos pueblecillos al ser de montaña imaginaos cómo son los paseos por sus calles y empujando el carrito de Unái. Pero mereció la pena y por la noche dormíamos del tirón, jeje
Feliz verano y a seguir disfrutando.