
Hace unos días en el
colegio me pasaron este artículo y me gustó tanto, sobretodo la respuesta a él,
que he decidido colgarlo en mi blog para que opinéis; la mayoría ya lo
conoceréis, seguro.
En negrita destaco
las palabras que más me chocaron de este “señor periodista”.
Artículo de Manuel
Martín Ferrand sobre los funcionarios y respuesta inmediata de una compañera
andaluza.
“LA DICTADURA DEL FUNCIONARIADO”
Por Manuel .Martín
Ferrand
YORGOS Papandreu, de
los Papandreu socialistas de toda la vida, le ha prometido a la Unión Europea
un drástico plan de austeridad para Grecia. Angela Merkel y Nicolas Sarkozy -la
Europa que prospera- se han apresurado a encabezar una operación, más benéfica que
beatífica, que ayude a la salvación de un Estado que, por ser parte del euro, a
todos conviene su estabilidad. Es muy posible que si Papandreu padre, Andreas,
no hubiera derivado hacia el socialismo durante su largo exilio en los EE.UU.,
y hubiera vuelto a Atenas para fundar una versión liberal de su PASOK
(Movimiento Socialista Panhelénico) la historia griega de estos últimos treinta
años hubiera sido muy distinta e, incluso, hubiera podido superar con holgura
la mala herencia que, germinada por el fascismo de Metaxas, se asentó en el
país tras su colaboracionismo nazi tras la II Gran Guerra; pero la libertad,
especialmente en sus expresiones políticas y económicas, resulta incómoda
incluso en la tierra en la que el hombre aprendió a pensar y en la que se
fundamenta la raíz europea.
Naturalmente, los
primeros en reaccionar contra las medidas de austeridad proclamadas por
Papandreu han sido los funcionarios, esa casta
que tiende a esclerotizar al Viejo
Continente y que, con más derechos que obligaciones, se ha adueñado de la
propiedad de su puesto de trabajo, al que incluso considera hereditario, y pretende vivir sin la
incertidumbre que acompaña a los ciudadanos que, con sus impuestos, les
retribuyen y mantienen. El sector público helénico no está dispuesto a soportar
el veinte por ciento de rebaja salarial que, según los cálculos
gubernamentales, resulta imprescindible para que el Estado pueda reducir su
déficit y adelgazar su endeudamiento en los niveles que exige la eurozona.
Es una de las grandes
paradojas contemporáneas. Los llamados servidores
públicos no quieren servir, pretenden ser
servidos. Es una nueva revolución a la que habrán de enfrentarse, empujados
por la crisis, los gobiernos continentales que han hecho bandera del Estado del
bienestar y, con ello, de la dictadura del
funcionariado. Aquí, en España, ha dicho Elena Salgado que «no está previsto
tocar el sueldo de los funcionarios» y, al tiempo, anuncia la vicepresidenta
que tendremos «protagonismo» en la ayuda a Grecia. Habrá que preguntarle a
Salgado, como a la chica del cuplé de Olga Ramos: «¿De dónde saca pa tanto como
destaca?».
… Y he aquí la
respuesta inmediata.
RESPUESTA AL ARTíCULO POR UNA COMPAÑERA FUNCIONARIA DE
SEVILLA.
Sr. Martín Ferrand son
muchos ya los comentarios despectivos y miserables que se están lanzando contra
los funcionarios, esa casta, como usted los llama de la que yo formo parte.
Pero es precisamente
su artículo de opinión, por venir de quien viene, todo un profesional del periodismo,
al que yo, sinceramente creía, objetivo y sensato, el que me ha encendido
sobremanera y no quiero pasar por alto mi oportunidad de respuesta porque no ha
podido ser más subjetivo, más insensato y sobre todo, más erróneo en sus
planteamientos contra nuestra “casta”.
En primer lugar, ni
yo ni ninguno de los muchos compañeros a los que trato nos sentimos ni tenemos
porqué sentirnos servidores de nadie, y mucho menos queremos ser servidos.
Le aclaro que en mi
declaración a Hacienda no consta que sea servidora de nadie, sino una empleada
por cuenta ajena; en este caso, mi empresa es la Junta de Andalucía, a la que
accedí por cierto tras unas duras oposiciones y que tras, 25 años de servicio
como Administrativa (es decir 8 trienios), teniendo un complemento de
exclusividad que me obliga a trabajar, como mínimo, 110 horas más al año que al
personal que no lo tiene y gestionando un Negociado, cobro 1.500 EUR, de los
cuales usted se cree muy dueño de rebajar un 20%.
Comenta que por la
crisis es el funcionariado el que tiene que ver disminuidos sus ingresos, ¿por
qué?, ¿es que en épocas de “vacas gordas” el Gobierno hace conmigo reparto de
beneficios?
¿Está usted quizás
dispuesto a darme algo de sus ingresos cuando éstos sobrepasen lo que
habitualmente cobra?
¿Está dispuesto acaso
a hacerlo algún profesional “libre” de este país?
Le pongo un ejemplo
muy concreto.
Un vecino de mi
bloque, trabajador de la construcción, tan discreto en ingresos como yo hasta
el “boom” urbanístico, ha podido invertir y comprar 2 pisos más en Sevilla
capital.
Es cierto, ahora está
en paro y yo y toda mi casta hemos contribuido a que pueda cobrar el subsidio
de desempleo, porcentaje que pagamos todos los meses aunque a nosotros no nos
haga falta, pues jamás lo cobraremos.
Además, usted
pretende rebajar mi sueldo un 20% para “repartir” con él y muchos como él que ahora no les va bien.
¿Hablaría usted para
que me cediera uno de sus pisos y así
dejar la hipoteca del único pisito que poseo y que me está quitando el sueño?
Los dos creemos que
él no estaría dispuesto, ¿verdad?.
Pues yo tampoco a
darle un 20% de mi sueldo.
Habla también de que
pretendemos vivir sin la incertidumbre que acompaña a otros ciudadanos.
Pues sí, Sr. Martín,
de eso se trata, aspirar a ser funcionarios es aspirar a poco materialmente en
la vida, nunca seremos ricos, pero aspiramos a la estabilidad en el empleo,
recurso al que puede aspirar cualquier persona, usted también, aprobando unas
oposiciones.
Por tanto, si yo he
aspirado a “ganar poco y vivir tranquila” es un derecho adquirido y no, no me
he adueñado de nada ni considero mi puesto hereditario.
Mis hijos se lo
tendrán que currar y posiblemente más que los suyos, por venir de una familia
más humilde o sencilla como quiera llamarlo.
Y es en este punto
donde más me enciendo, ¿con qué derecho se cree para proclamar a los cuatro
vientos que mis dos hijos (estoy separada) tengan que vivir con un 20% menos de
lo que viven?
Ah!.., y yo declaro hasta el último céntimo que gano
(y todos sabemos que eso no es así en todas las profesiones, pues hay mucha
“economía sumergida”).
Por lo tanto no
intente “calentarle” el ánimo a nadie con el hecho de que son los ciudadanos
quienes con sus impuestos me retribuyen, nosotros también contribuimos y mucho
a las arcas del Estado.
Y una cosa más,
considero el trabajo de esta casta mucho más importante para el país que el de
su profesión, por ejemplo.
Si no escribe un día
un artículo no pasa absolutamente nada, pero si mis compañeros de la Sanidad,
la Enseñanza, los Cuerpos de Seguridad… no acudieran a su trabajo… ¿qué
ocurriría?
En fin, Sr. Martín
piense más lo que escribe antes de hacerlo.
La respuesta que
viene a continuación es anónima, aunque en internet se le atribuye a la
compañera, también está bien.
Yo lo suscribo por entero,
y, en lo que se refiere a la Sanidad, diré (y hace mucho que quiero decirlo):
Llame Ud. a un fontanero, o a un electricista, por ejemplo, un 24 o un 31 de Diciembre a las 04 horas de
la madrugada (y relato dos casos auténticos ocurridos con esos dos
profesionales).- ¿Cree que acudirá alguno a su domicilio?
- ¿Cuanto cree que le
cobrará?
- ¿Le hará factura o
le tendrá que pagar en cash? además de tener que darle las gracias, aunque al
día siguiente fallen las reparaciones. Yo se lo digo: – Después de llamar a los
de la Compañía de Seguros de su domicilio, no irá nadie.
Al día siguiente,
tampoco. El primer día laborable se presentará uno que le facilitara el portero
de su finca.
- Le dirá que, si
quiere que repare la avería, le tiene que pagar en mano (creo que a eso se le
llama dinero negro).
- Estarán en su casa:
uno 7 minutos y el otro 14 minutos- Le cobrarán: uno 80 EUR por 7 minutos y
otro 93 EURuritos por 14 minutos.
¡¡¡ No está mal !!!
(Por cierto al
electricista se le tuvieron hasta que prestar las herramientas)
Ahora le diré que
pasaría si Ud. (o el electricista o el fontanero de la historia) un 24 o un 31
de Diciembre a las 04 horas de la madrugada se diera una fenomenal torta con su
coche (Dios no quiera) después de venir de una fiesta de esas a las que sólo
pueden ir los que tienen sus ingresos (aunque, la verdad, ustedes siempre
suelen ir de gorra a esos saraos, cosa que no nos ocurre a ningún funcionario:
- Acudirán la policía
y los Servicios de Emergencia (todos ellos funcionarios que tienen la suerte de
trabajar ese día).
- Le llevarán a las
urgencias de un Hospital Público (donde se le admitirá aunque Ud. no tenga
cartilla de la Seg. Social.
- Le atenderán
celadores, administrativ@s, auxiliares de enfermería, enfermer@s, divers@s
técnic@s, médic@s, etc… (todos ellos funcionarios que también tienen la suerte
de trabajar ese día).
- Pongamos que sufre
un traumatismo craneo-encefálico (repito: Dios no quiera).
Se le llevará a un
quirófano ya preparado y bien limpio (también entran en esta función l@s
limpiador@s que también tienen la suerte de trabajar ese día).
- Se le intervendrá
durante varias horas esa misma noche (no el día siguiente o el otro).
¿Sabe cuanto cobrará
por hora el que más cobrará (en este caso los médicos y neurocirujanos)? – Alrededor de 15 Euros netos.
El resto se lo lleva
Hacienda (aquí no vale lo del dinero negro) Imagínese lo que cobrarán los
demás… ¿Sabe qué ocurrirá si la operación no es de su agrado? Ud. (o el
electricista o el fontanero de la historia) nos demandará.
Iremos todos a los
Tribunales y tendremos muchos problemas.
¿Sabe qué ocurre si
uno de sus artículos, o la reparación, no es de nuestro agrado?
¡¡¡ NADA !!!
Entonces, Sr. Martín Ferrand, ¿sigue opinando que se nos debe bajar un 20 %
nuestras retribuciones? Si es así, a Ud., y a los que piensan como Ud., sólo
tengo que decirles:¡¡¡ Váyanse a hacer puñetas !!!

MI RESPUESTA
Siendo bien pensada creo que el sr. Martín se refiere a esos
funcionarios que no cumplen su trabajo y la compañera a los que no sólo lo
cumplimos, me incluyo, sino que también nos esforzamos en hacerlo cada vez
mejor; pero lo malo siempre destaca.
Mi solución: ¿por qué no hacen uso de los expedientes
disciplinarios para echar a todo aquel que no cumpla su trabajo.
Ahora siendo mal pensada, dicen “piensa mal y acertarás” daré
otra opinión:
Parece que en estos momentos la inmensa mayoría quiera ser
funcionario, o lo que es lo mismo pertenecer a esta casta. Enn las épocas de “vacas gordas” mientras otros se
enriquecían nosotros ganábamos lo mismo y nadie hablaba tanto del funcionario.
Ahora tenemos que ser nosotros los que saquemos al país de la crisis, y ¡cuidado!
no te quejes porque eres funcionario.
¿Por qué no se meten con los BANCOS?, unos de los verdaderos
causantes de esta situación, y aún en plena crisis son los únicos que siguen
aumentando sus beneficios.
Otro error es la gente que piensa que
funcionario=administrativo, olvidándose de maestros , bomberos, médicos,
enfermeras, conserjes, celadores, policías,…A todos nos ha pasado alguna vez el
ir a la administración, por ejemplo, y que nos atienda el funcionario estúpido
y antipático de turno sin responderte después de darle los buenos días, ni
mirarte a la cara cuando le estás hablando. Pero todos no somos así y no
tenemos por qué tener ese mal reconocimiento social , ya que la inmensa mayoría
día a día hacemos nuestro trabajo con mucha ilusión y ganas.
Con lo que ganamos , que de media no es tanto, tienes que ir
allá donde te den la plaza con tus hijos, casa y vida a cuestas; ya que si
renuncias lo pierdes todo.
Investigando más sobre este periodista encontré que estuvo
IMPUTADO y fue detenido y condenado por FUNCIONARIOS, ahí su odio hacia la
“casta”.
Para acabar decir que por suerte es sólo una opinión de un
periodista, pero por desgracia hay muchos Martín Ferrand. A todos ellos les puedo explicar qué hay que hacer para ser funcionario, pero no hace falta, ¿verdad?. A pesar de todo yo me siento orgullosa de
pertenecer a esta CASTA , además mis hijos tendrán el futuro bien asegurado
porque serán FUNCIONARIOS, ya que este señor dice que es hereditario.
Un saludo.