Ser maestro o madre
se aprende por ensayo-error y creo que la mejor enseñanza es aquella que se da
sin palabras, o sea, la del ejemplo.
En la Universidad nos
enseñan muchas cosas, mucha teoría, nos hablan mucho del niño a través de
diferentes pedagogías y pedagogos ( Ausubel, Pavlov, Piaget…), de diferentes
teorías del aprendizaje ( conductismo, constructivismo y aprendizaje
significativo…), cuántas veces nos repetían lo del “aprender a aprender”. Todo
ésto está muy bien y hay que saberlo, pero todos sabemos que cuando realmente
aprendemos a ser maestros es cuando nos ponemos frente a una clase de
veintitantos por ley, sin ley he llegado a los treinta, nosotros solitos ¡ qué
nervios el primer día que me enfrenté a ello!, después de 15 años de servicio
digo “ahora ya soy maestra, de verdad”, no es que antes no lo fuera o lo
hiciera mal, sino que ahora es cuando ya me siento más experta y segura.
La escuela ha
cambiado mucho y los niños más. Los niños de ahora no son los mismo que nosotros
éramos cuando íbamos al cole, el maestro debe conocer bien esta nueva sociedad
para poder llegar a sus alumnos y conectar con ellos, si no estará perdido. Me
recuerdo como alumna en la antigua EGB, yo no me movía de mi silla y al maestro
lo veía como algo lejano y muy autoritario, ahora nos encontramos con un
maestro más cercano y con un alumnado muy participativo, les encanta hablar ,contarte
cosas de sus vidas. Se dice “ni lo de ahora, ni lo de antes, un término medio”
yo me quedo con el respeto de antes y la cercanía de ahora, difícil pero
no imposible.
El cambio de la
sociedad lleva a que evidentemente cambie todo, escuela, niños y familias.
Antes en casa ya nos educaban de tal manera que solitos sabíamos que al maestro
había que respetarlo y lo que dijera o hiciera estaba bien, que en algún caso
seguro que no lo estaría. Hoy ésto ha dado la vuelta. Con cierto toque de humor
con esta imagen sobran las palabras:
La educación, tal
como hoy en día la concebimos, es un desarrollo de la modernidad. Los tiempos
cambiaban por entonces y con ellos la necesidad de instruir a las masas.
Se trata, en efecto,
de una profesión en la cual el compromiso afectivo es prácticamente inevitable
y hasta necesario. Todo maestro sabe, además, que parte de su éxito suele
depender del especial vínculo que se establece con los alumnos.
El ser maestra
implica el hacer de madre en más de una ocasión y ser madre implica el hacer de
maestra. Muchas veces en clase algún alumno me llama mamá , incluso abuela, y
en casa mis hijos me han llamado seño. Con ésto quiero decir que estas dos
palabras guardan una gran relación. Los maestros y padres educamos y enseñamos,
aunque la educación es en la familia donde se consolida. Importantísimo que
familia y escuela estén en contacto permanente.
El
ser maestro es una tarea que, arrastrada como un castigo, resulta insoportable
y que, vivida
con
entusiasmo, resulta apasionante. Para vivirla con entusiasmo hay que tener
sobre ella un
conocimiento
especializado. Hay que amarla. Los alumnos tienen un radar que les permite
saber
qué profesores se preocupan de verdad por ellos.
¡Qué
importante es un maestro para el futuro de un niño!
Para
mí es el mejor trabajo del mundo, porque siento gran satisfacción cuando les
veo aprender y avanzar, porque nunca hay penas, porque es muy gratificante…
Educar es ayudar a la
persona a alcanzar la capacidad de ser independiente, de valerse por sí misma,
de tomar decisiones, y ésto no se improvisa: es un proceso largo y costoso, que
se inicia en la FAMILIA y tiene su continuidad en la escuela y otros ambientes
sociales.
Educar es convertir a alguien en persona. Y
ser persona es sacar lo mejor de uno mismo.
Ya lo decía Pitágoras
“ educad a los niños y no será preciso castigar a los hombres”
“Educar a un joven no
es hacerle aprender algo que no sabía,
sino hacer de él alguien que no existía” Ruskin John
Según Piaget las
principales metas de la educación y de los docentes son crear hombres capaces
de crear cosas nuevas y formar mentes capaces de criticar, verificar y no
aceptar todo lo que se le expone.
En medio de todo este
embrollo tengo que hacer alusión a algo muy importante: La paciencia, sin ella
todo ésto no sería posible. En todos los trabajos, supongo que se hace uso de
ella en más de una ocasión, pero en éste creo que la llevamos todo el día de
nuestra mano.
Poesías alusivas al maestro:
Es
la escuela otra madre
que
orienta con sus consejos;
es
experta sembradora
de
nobles conocimientos;
es
mano suave que guía
y
es luz que alumbra senderos.
Es,
en suma, la maestra
manojo
cálido y tierno
de
bondadosa paciencia
y
de maternal afecto.
.
Enseñaras a volar
pero
no volaran tu vuelo
Enseñaras
a soñar
pero
no soñaran tu sueño
Enseñaras
a vivir
pero
no viviran tu vida...
pero
sabras que cada vez que ellos
vuelen
,piensen,sueñen,canten,vivan,
estara
lo sencillo del camino
enseñado
y aprendido
madre
teresa de Calcuta
FELICIDADES
A TODAS LAS QUE SOIS MADRES Y MAESTRAS